Hoy en clase de Análisis escuchamos el cuarteto número 8 en do menor del compositor ruso Dimitri Shostakovich. Este compositor vivió durante el régimen comunista, y al igual que muchos otros artistas de su época fue duramente perseguido. El cuarteto está dedicado a las víctimas del fascismo y contiene elementos que reflejan el temor en que vivían.
Consta de cinco movimientos, escritos para ser tocados sin interrupción entre uno y otro. Algo que me llamó mucho la atención fue que la grabación que escuchamos está hecha en vivo, y al final de la ejecución no se escuchan aplausos por parte del público, los mismos instrumentistas mencionan que cuando lo tocan, al terminar lo único que se hace presente entre la audiencia es un silencio sepulcral; y cómo no, si yo que escuché la grabación aún estoy consternada, simplemente no se puede escuchar algo así en vivo y después aplaudir, no, lo que pasa es que te quedas sin palabras después de sentir tanta angustia, tanto miedo, tando dolor, tanta tristeza, tanta frustración... después de sentir el horror que significa ser perseguido, no puedes aplaudir, lo único que te queda es guardar silencio.
O al menos yo así me sentí al escucharlo. Es estremecedor, es impactante, es intenso y es terriblemente emotivo.
Consta de cinco movimientos, escritos para ser tocados sin interrupción entre uno y otro. Algo que me llamó mucho la atención fue que la grabación que escuchamos está hecha en vivo, y al final de la ejecución no se escuchan aplausos por parte del público, los mismos instrumentistas mencionan que cuando lo tocan, al terminar lo único que se hace presente entre la audiencia es un silencio sepulcral; y cómo no, si yo que escuché la grabación aún estoy consternada, simplemente no se puede escuchar algo así en vivo y después aplaudir, no, lo que pasa es que te quedas sin palabras después de sentir tanta angustia, tanto miedo, tando dolor, tanta tristeza, tanta frustración... después de sentir el horror que significa ser perseguido, no puedes aplaudir, lo único que te queda es guardar silencio.
O al menos yo así me sentí al escucharlo. Es estremecedor, es impactante, es intenso y es terriblemente emotivo.
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