Chuken Hachiko

¡Hola amigos Abloggerados! Tanto tiempo... en fin, decidí darme una oportunidad de escribir una entrada en este blog luego de bastante (y me disculpo, en verdad. Bloqueo tras bloqueo y luego una enfermedad que parecía ser eterna, eso sin contar las agitadas tareas de la facultad...).
En fin, hoy quiero hablarles de una historia que me tocó el corazón... si de por sí he estado chillona, xD ahora imagínense con el relato siguiente. Les hablaré de Chuken Hachiko y antes de que me pregunten que anime/manga es ese, les aclaro que se trata de una historia verídica ocurrida ya hace mucho tiempo.

En noviembre de 1923, un akita blanco realizó un viaje obligado desde Akita, Japón, hasta Tokio. Claro que el pobre perro llegó casi muerto a su destino, la casa de un profesor llamado Eisaburo Ueno, Profesor de la Universidad de Tokio. Éste le reanimó con leche y a pesar que el cachorro era un regalo para su hija embarazada, Ueno decidió quedárselo. Así nacería la complicidad entre Hachiko, el perro fiel y Ueno, su dueño.
Pues bien, todos los días, Hachiko y Ueno salían camino a la Universidad... Hachiko acompañaba a su dueño a la Estación de Shibuya y lo esperaba con paciencia en la entrada hasta la hora en que regresaba del trabajo. Con el tiempo, el akita blanco se hizo muy querido por la gente que frecuentaba sus viajes en metro y se les hacía muy tierno que Hachiko esperara sentado, siempre atento por si su amo volvía antes o después.
Pasaron muchos días buenos y malos, en cuanto a clima o en cuanto a ánimos, sin embargo un día, Ueno no regresó. Murió de un infarto el día 21 de mayo de 1925, mientras estaba en la Universidad. Aún así, Hachiko estaba ahí, sentado, esperando. Y así pasaron también muchísimos días... aún más de los que pasó junto a Ueno. El perro esperó hasta que transcurrieron nueve años y seguía sin ver a su amo volver...

Fue tan fuerte el impacto que causó en los vecinos de Shibuya, que en 1934 mandaron a hacerle una estatua con el escultor Teru (Shou) Ando y la pusieron justo en el lugar donde Hachiko esperaba, incluso se contó con su presencia el día de la inaguración de la estatua.
Hachiko siguió esperando a Ueno hasta el día en que la muerte lo alcanzó, un 7 de Marzo de 1935. Por la guerra, la estatua se mandaría a fundir para la elaboración de armas y municiones, más sin embargo se cuenta con una nueva estatua, echa por el hijo de Teru Ando, ya que el padre moriría asesinado.
Los japoneses cada 8 de Abril conmemoran a Hachiko en la plaza frente a la estación de trenes de Shibuya. Incluso se cuenta con una pequeña ceremonia en la tumba de Ueno, donde se encuentran parte de los restos del fiel Hachiko, ya que su cadáver fué disecado y puesto en exibición en el Museo de Ciencias Naturales de Ueno, en Tokio.

Pues en fin, esta es una historia de lealtad casi más allá de la muerte. Debo decir que me conmovió más allá de mi estado de ánimo (realmente melancólico) y me enterneció hasta morir. Siempre me gustaron los perros y esta historia no es la excepción. Hay película, una llamada Hachiko Monotagari, que es japonesa y cuenta la historia lo más fiel posible. Habrá un remake llamado Siempre a tu lado (O Hachiko, a Dog's story) producida por Richard Gere, que si bien me hizo lagrimear, creo que prefiero ver primero la versión original y luego formarme un juicio correcto.

Y no me queda más que decir que cuidemos a los animales. Tanto que hacen por nosotros como humanos y hay cada tipo de persona insensible que los maltrata... ¬¬



T^T de pronto me acordé de una husky peluda, grande, hermosa y blanca...



Buenas noches.